martes, 11 de octubre de 2016

Incantti, diseño que perdura



Incantti es una fábrica de lozas y greda pintados a mano que perduran al ser quemados a 1.100 grados centígrados en hornos ubicados en el pueblo de Yotala, a solo 20 minutos de Sucre. El escenario natural de estas obras de arte —cada vez más apreciadas— prodiga inspiración a Cristina Chamberlain de Sánchez y a su madre, Ana María Landívar.

De la pintura a mano se encargan las dos, Ana María administra del negocio y el esposo de Cristina, Luis Fernando Sánchez, tiene la tarea del marketing.

Sus azulejos están en todas las plazas de Sucre, también en hoteles, negocios y en residencias, constituyéndose en parte de la identidad chuquisaqueña. Actualmente están realizando la señalética del nuevo aeropueto de Alcantarí.

Bolart, el inicio

Ana María Landívar empezó en Sucre con Bolart, en 1993, llegando a capacitar a más de 200 personas hasta 2004, año en que esa empresa se cerró.

Algunos de sus alumnos formaron microempresas y le vendían sus productos para que ella pudiera comercializarlos en Estados Unidos. Esto pasó hasta 2011, cuando Cristina entendió que los azulejos y la creatividad al diseñarlos eran parte de su vida.

“Llegué de Estados Unidos a La Paz, donde trabajaba como profesora de kínder en el colegio Kalvert, pero luego de un año extrañaba mucho hacer diseño y volví a Sucre a re abrir el taller”, cuenta ella a ECOS, aclarando que pinta desde que tiene nueve años.

Todas sus vacaciones las pasó en la Ciudad Blanca.“Agradezco haber recibido de mi madre la inspiración y el amor por los azulejos. Ambas compartimos los sueños de crear espacios bellos y acogedores”.

Nace Incantti

Con un espíritu emprendedor y apasionado, Cristina Chamberlain empezó a presentarse en ferias artesanales de La Paz, donde sus diseños recibieron una muy buena acogida, especialmente entre los extranjeros que viven en esa urbe.

Esto representó un gran aliento para ella, el empujón que necesitaba para abrir Incantti, que es la conjunción de “Inca” e “Inti”. Además de ser dos términos significativos de la cultura andina, “suena bonito”, como ella misma dice.

Actualmente, Incantti está concentrada en renovar y mejorar sus diseños para penetrar los mercados de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba. En este propósito trabaja un grupo de gente que antes pasó por Bolart y que sumará un equipo de 10 artistas.

Artesanía pura

En muchos casos, los azulejos son comprados del mercado y luego cubiertos con greda líquida que permite obtener una superficie lista para pintar, como si fuera un lienzo para una obra de arte.

Los diferentes colores plasmados sobre la greda provienen de minerales; se trata de pigmentos que terminan de definirse al salir del horno, dependiendo de la temperatura a la que fueron expuestos.

Pigmentos y engobes son importados por Incantti de Europa y Estados Unidos. Si bien Bolivia cuenta con estos minerales, carece de la tecnología necesaria para transformarlos.

Greda, pinceles, tintes y hornos eléctricos de alta temperatura son los materiales de trabajo.

Mientras las técnicas se aprenden, el desafío mayor está en la creatividad de los diseños.

“Me gusta hacer diseños modernos, mi mamá en cambio es mucho más tradicional. Entre ambas combinamos nuestras tendencias para complacer al cliente”, explica Cristina, quien ha creado una línea contemporánea que se adecua perfectamente al estilo minimalista.

Aunque le gustan todos los azulejos pintados a mano, sus favoritos son los tallados en greda de un solo color.

Un poco de historia

Ana María y Cristina hacen un repaso de los orígenes del azulejo o la loza pintada a mano y se remontan a las antiguas Mesopotamia y China, para luego pasar a Marruecos y a la Península Ibérica, donde quedaron como testigos de la ocupación árabe de España en Castillos y Palacios.

La misma riqueza se puede observar en Portugal y en Italia. El Palacio de Buckingham, en Inglaterra, muestra la belleza de sus azulejos con el mismo orgullo que las joyas de la corona.

Por otro lado, la ciudad de Delf, con su línea de azulejos pintados en blanco y azul, presenta vistosos paisajes e imágenes de su país, Holanda.

Francia tiene azulejos en hermosos colores pasteles con imágenes de la vida diaria de siglos pasados.

Estados Unidos, en el siglo XIX, llenaba de azulejos las fachadas de fábricas y todo tipo de negocios además de murales en bares y restaurantes para mostrar sofisticación y riqueza. En tanto que México creó su línea de azulejos llamada “Talavera”, que sin duda identifica el espíritu de su pueblo: noble y acogedor. •



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