domingo, 31 de julio de 2011

El Gobierno evalúa exportar coca a Argentina

El Ejecutivo, la Asamblea Legislativa y organizaciones sociales socializan el proyecto de Ley General de la Coca, que menciona la venta.

El Gobierno pretende exportar hoja de coca a la Argentina con el fin de evitar el contrabando que se genera en la frontera y, sobre todo, porque hay una gran demanda de los residentes bolivianos para el acullico. El proyecto de Ley General de la Hoja de Coca planteará también llevar la hoja a otros países.
“En vez de que la coca vaya de contrabando, lo ideal es que se exporte legalmente a la Argentina. A nosotros, como control social, nos interesa que la hoja siempre tenga fines lícitos para el consumo, pijcheo, rituales o la industrialización”.
La declaración corresponde al director del Programa de Apoyo al Control Social de la Producción de la Hoja de Coca (PACS), Reinaldo Molina. Esta entidad depende del Viceministerio de Defensa Social.
VÍAS DE CONTRABANDO. Desde hace muchos años, no es un secreto que la hoja de coca llega al norte argentino. Este hecho fue admitido públicamente por el viceministro Felipe Cáceres hace dos años.
No se conoce la cantidad de coca que sale por la frontera. Sin embargo, se sabe que el producto sale de Yacuiba, Bermejo y Villazón, y la demanda proviene de las provincias argentinas de Jujuy, Salta y Tucumán.
En aquella oportunidad, el viceministro Cáceres dijo que el acullico en esas poblaciones argentinas es mayor que en Bolivia.
Molina insistió en que “no es un contrabando para fines ilícitos, como el narcotráfico, sino para el acullico. Gran parte va para los mismos bolivianos que viven en Argentina y que trabajan en el sector agrícola, que producen diferentes cosas y la utilizan en su faena laboral, aunque también hay argentinos que acullican”.
¿QUÉ HACE FALTA PARA EXPORTAR? El director de PACS insistió en que “en Argentina, felizmente, el uso y consumo de hoja de coca no está prohibido. Además, hay buena perspectiva porque autoridades de justicia de Argentina quieren importarla”.
La Convención Única de Estupefacientes de Viena, firmada en 1961, prohíbe la circulación de coca a los países signatarios de ese documento.
Pese a ello, según Molina, sólo falta un acercamiento entre los ministerios de Relaciones Exteriores de ambos países para firmar un convenio.
Por otro lado, se socializa el borrador del proyecto de Ley General de la Hoja de Coca, uno de cuyos planteamientos es la exportación del arbusto.
Hasta el momento, se realizaron dos talleres en el país en coordinación de las cámaras de Senadores y Diputados con organizaciones sociales, para discutir el proyecto.
Molina dijo que una vez aprobada esa ley, “países amigos”, como Venezuela y Cuba, también podrán importar la hoja para usos alimenticios, medicinales o industriales.
“Esos países tendrán que hacer el control para que no se desvíe al narcotráfico”.
Cáceres confirmó también, años atrás, que la hoja sagrada ingresaba por contrabando a Paraguay y Chile para su consumo tradicional.
En aquella oportunidad, sostuvo que “eso hay que admitirlo, y a nivel de cancillerías se debe legalizar el ingreso de coca a países vecinos para que la consuman de manera controlada y fiscalizada debidamente”.
Las policías de Bolivia y Argentina firmaron un acuerdo en 2009 para encarar conjuntamente la lucha contra el narcotráfico.

3 provincias del norte argentino, Jujuy, Salta y Tucumán, demandan la hoja de coca.



El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, dijo, en los anteriores días, que el Gobierno se impuso una meta estimada de que en Bolivia sólo debe haber una superficie de 20.000 hectáreas de cocales. La meta de erradicación y racionalización para este año es de 10.000 hectáreas, y hasta la fecha, se alcanzó las 6.000.
En agosto, la ONU presentará resultados del monitoreo oficial de cultivos de coca.

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