sábado, 18 de abril de 2009

Voraz incendio arrasó almacén de Kimberly S.A.



Un destructor incendio se desató, a las 17:00 de ayer, en el centro del Parque Industrial de Santa Cruz, provocando serios daños y enormes pérdidas económicas a la empresa Kimberly Bolivia, dedicada a la fabricación y comercialización de artículos sanitarios de papel, y desencadenando una movilización sin precedentes en el departamento para extinguir el siniestro.
Hasta el cierre de la edición, más de 70 bomberos, además de médicos, paramédicos, agentes policiales, gendarmes municipales y voluntarios de diferentes instituciones, trabajaban para controlar el fuego, que amenazaba con extenderse hasta una fábrica de muebles colindante. Seis bomberos debieron ser atendidos de emergencia por la inhalación de humo y sobreexposición al calor, porque la operación se extendió por más de 10 horas.
El desastre se inició en los almacenes de Producto Terminado de la factoría, donde se guardaban cientos de bobinas de papel ‘tissue’, con el que se elaboran las toallas descartables de cocina. “Este material, de por sí muy inflamable, estaba en unos galpones cerrados, lo que facilitó su combustión. Ahora, lo que hacemos es controlar el perímetro y refrigerar las paredes de los almacenes para impedir que la estructura se venga abajo y que el fuego se propague”, informó Raúl Barroso, director del Proyecto de Aguas Subterráneas de la Prefectura. Para este cometido, los bomberos tuvieron que abrir boquetes en las paredes de ladrillo de los galpones para bombear miles de litros en el interior de la infraestructura.
La magnitud del siniestro movilizó cinco carros de bombero de la Policía, dos del Servicio de Aeropuertos de Bolivia (Sabsa) y cuatro camiones cisterna de la cooperativa de aguas Saguapac, además de seis ambulancias del Sistema Integrado de Servicios Médicos de Emergencia (Sisme) y dos vehículos de rescate urbano de la Unidad de Emergencias Médicas (UDEM) del municipio. Según Barroso, ese contigente fue apoyado por dos cisternas del Servicio Prefectural de Caminos (Sepcam).
Por su lado, el comandante del grupo SAR, Runny Callaú, indicó que voluntarios de varias instituciones prestaban apoyo en las tareas de extinción de las llamas. Dijo además que el fuego se inició en los almacenes por causas desconocidas, aunque se manejó la versión de que una chispa, provocada por un cortocircuito, fue la detonante de la desgracia.
Al cierre de edición, más de 300.000 litros de agua se habían utilizado para controlar el fuego. Los responsables del operativo estimaban usar una cantidad similar para sofocar completamente el siniestro.
La empresa no cuantificó los daños materiales ni económicos. Algunos funcionarios indicaron que hoy se presentará un informe completo.

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